Qué es el “overgrooming” en los gatos y cómo tratarlo

Qué es el "overgrooming" en los gatos y cómo tratarlo
Qué es el "overgrooming" en los gatos y cómo tratarlo

El “overgrooming” es el exceso de acicalamiento y es un comportamiento que va más allá del aseo normal para el mantenimiento del pelaje y el olor. Si tu gato se está acicalando demasiado, notarás mechones de pelo roto o escaso, pérdida total de pelo en algunas áreas y en ocasiones lesiones en la piel.

En casos extremos, un gato puede masticar o morderse las patas o la cola, provocando lesiones importantes. En el caso de la cola, a veces es necesaria una amputación parcial. Los gatos, cuando sienten picor o dolor, no se rascan con las patas traseras, intentan aliviar el malestar lamiéndose o mordiéndose. El overgrooming suele tener una causa física (dolor o picor intenso) o bien puede ser una respuesta al estrés.

Overgrooming: causas que requieren atención veterinaria

 

Cuando la causa es el dolor o picor, el origen del mismo suele estar relacionado con alguna alergia (a las pulgas, alimentaria, ambiental…). También puede deberse a alguna otra patología, como podrían ser enfermedades del tracto urinario o la hiperestesia felina entre otras. Es por ello que si observamos a nuestro gato acicalarse más de lo normal, debemos llevarle al veterinario para que pueda descartar cualquier patología.

Overgrooming: causas derivadas del estrés

 

Si el causante de esta conducta es el estrés, entonces yo puedo ayudarte. Ante un cuadro de estrés crónico, el gato puede desarrollar conductas compulsivas que pueden tener consecuencias para su salud y bienestar. Los gatos utilizan con frecuencia comportamientos como el acicalamiento, para sentirse mejor durante situaciones estresantes o cuando están ansiosos. Esto puede volverse compulsivo si el comportamiento de acicalamiento se realiza fuera de contexto y con tanta frecuencia que interrumpe la actividad normal. Algunas razas orientales tienen más probabilidades de desarrollar problemas de aseo puramente relacionados con el estrés, a menudo arrancándose el pelaje.

El tratamiento de una conducta compulsiva ha de valorarse de forma personalizada, pues cada caso es distinto y por lo tanto las pautas a seguir variarán. Lo que sí es común en todos estos casos es detectar el motivo del estrés y conflicto de nuestro compañero para poder así reducirlo.

Demasiado a menudo, el origen del estrés de nuestro gato somos nosotros. Como siempre digo, si tu gato tiene un “mal comportamiento” suele ser porque tú estás haciendo algo mal con él. En nuestra relación con ellos a veces hay incompatibilidades, incoherencias, dependencias, incomprensiones u otras situaciones que pueden crear mucho estrés en nuestro gato. El propietario es clave a la hora de poder corregir esta conducta y para que pueda hacerlo es necesario que entienda lo que está pasando.

También hay que revisar su entorno y desarrollar un plan de EAF (Enriquecimiento Ambiental Felino) para que sus necesidades estén cubiertas y asegurar que tenga suficiente estimulación.
Para que puedas prevenir este trastorno o cualquier otro y garantizar el bienestar de tu gato, ofrezco un servicio de Coaching sistémico Felino.

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