Conoce las historias de algunos de los gatos que han mejorado su bienestar felino
Gracias a sus tutoras, que confiaron en la importancia de entenderles para darles la vida más feliz que pudieran tener, hoy puedo compartir sus historias aquí:
Bilma
¡POR FIN, UNA NOCHE TRANQUILA!
Bilma era una gata que con dos años, empezó a maullar incansablemente por las noches y su tutora Laia, tras intentarlo todo, me contactó al borde de la desesperación.
Al observar la situación, me di cuenta de que Bilma estaba aburrida por la falta de estímulos y que Laia, sin darse cuenta, había reforzado los maullidos al prestarle atención cada vez que ella vocalizaba.
Laia aplicó, desde el primer día, todas las pautas que le di, y en un par de semanas me llamó emocionada y agradecida. Bilma, hacía tres noches que no maullaba y ella, por fin, podía dormir la noche entera sin interrupciones.
Ya han pasado los meses y a día de hoy, Bilma no ha vuelto a maullar y además está más feliz que nunca gracias al enriquecimiento ambiental que tiene y a que puede desarrollar sus instintos naturales de modo adecuado.
NUEVOS URBANITAS
Mina y Teo eran dos gatos que habían disfrutado durante toda sus vidas de la libertad de vivir en una casa con jardín al cual podían salir en todo momento.
Sus tutores, Laura y Miguel, decidieron mudarse a la ciudad y aunque su nuevo piso tendía una amplia terraza, el cambio para Mina y Teo iba a ser considerable.
Me contactaron preocupados por cómo este cambio afectaría a sus gatos y trabajamos para reducir el estrés durante el traslado y para conseguir enriquecer lo máximo posible el nuevo hogar. La mudanza se produjo sin incidentes y pasadas seis semanas, Mina y Teo estaban completamente adaptados, explorando sus nuevos espacios y disfrutando de sus recursos y enriquecimiento ambiental.
Hoy, Mina y Teo están felices y relajados en su nuevo hogar, demostrando que con el entorno adecuado, cualquier transición puede ser exitosa.
Mina y Teo
Berta
LA GUARDIANA DEL JARDÍN
Berta era una gata que amaba el aire libre, pero vivía en constantes peleas con otros gatos que entraban en su jardín. Su tutora, Isabel, estaba preocupada por las heridas constantes que Berta sufría y dejó de darle acceso al jardín.
Tras esta restricción, Berta empezó a orinarse por toda la casa y a vocalizar constantemente pidiendo que se la dejara salir.
Trabajé con Isabel para transformar el jardín en un espacio seguro para Berta, creando áreas específicas para su exploración y utilizando barreras para impedir el acceso de otros gatos al jardín.
Además, introducimos técnicas de enriquecimiento ambiental para mantener a Berta entretenida dentro del hogar.
Ahora, Berta es la orgullosa guardiana de su jardín, disfrutando de la naturaleza sin conflictos con los gatos vecinos.
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Puça fue encontrada en la calle con evidentes signos de maltrato y desnutrición. Aina, una amante de los animales, decidió darle una segunda oportunidad y la adoptó.
Las primeras semanas fueron muy complicadas, puesto que Puça vivió escondida e incluso tuvo que ser hospitalizada porque no comía.
En ese momento, Aina me contactó y empezamos a trabajar con Puça, que tenía miedo de todo, incluso del más mínimo ruido, y no sabía cómo interactuar con los humanos.
Trabajé con Aina para ayudar a Puça a superar sus miedos y a que se pudiera sentir cada vez más segura en presencia de su tutora. Al poco tiempo de aplicar las pautas que le di a Aina, junto con mucho amor y paciencia, se empezaron a apreciar los primeros cambios.
Puça comenzó a confiar cada día más en Aina y a disfrutar de su compañía. Hoy, Puça es una gata feliz, que demuestra cada día lo agradecida que está por su nueva vida.
Puça
Simba
DE GATO AGRESIVO A COMPAÑERO AMOROSO
Simba era un gato que había desarrollado comportamientos esquivos e incluso agresivos hacia sus tutores, Eva y Pau.
Ellos, no entendían por qué Simba, que siempre había sido cariñoso, había comenzado a vivir escondido bajo la cama y a bufarles cuando se le acercaban.
Tras descartar causas físicas con el veterinario, realicé una evaluación detallada y descubrí que Simba estaba estresado por cambios recientes en el hogar, incluyendo el nacimiento de la hija de Eva y Pau.
Implementamos un plan para reducir el estrés de Simba, que incluía enriquecimiento ambiental, rutinas de juego y tiempo de calidad con sus tutores, así como asociaciones positivas con la bebé.
Con paciencia y dedicación, Simba volvió a ser el gato amoroso que siempre fue, y ahora convive pacíficamente con el nuevo miembro de la familia.
UNA GATITA CIEGA QUE ENCONTRÓ LA LUZ
Luna nació con una discapacidad visual que le impedía ver más allá de sombras y luces. Además, era una gata muy asustadiza que vivía en constante estado de alerta, lo cual la llevaba a vivir con mucho estrés.
Su tutora, Paula, estaba decidida a darle una vida plena a pesar de su condición. Me contactó para que la ayudara a crear un entorno seguro y estimulante para Luna.
Trabajamos juntas en reorganizar el espacio de manera que Luna pudiera orientarse sin dificultad y creamos espacios seguros para ella. Además, Paula aprendió a interactuar con Luna usando sonidos específicos y acercamiento adecuado para no asustarla.
Hoy, Luna se mueve con confianza por toda la casa, es una gata completamente feliz, mucho más confiada y ha desarrollado un profundo vínculo con Paula.
Luna
Frida
UNA HISTORIA DE PACIENCIA Y AMOR
Recuerdo con mucho cariño el caso de Ingrid que nunca había tenido gatos. Adoptó a una gata feral que no había socializado jamás con humanos y que, por lo tanto, vivía bajo el sofá con muchísimo miedo de Ingrid y no se acercaba en ningún momento a ella.
Ayudé a Ingrid a mejorar la vida de Frida, y entre otras cosas, le recomendé la compañía de otro gato (de unas características muy concretas), puesto que sería muy beneficiosa para la gata.
Ingrid adoptó a Coco y la introducción fue de lo más compleja, puesto que las pautas que aparecen en los libros y que se estudian, no podían aplicarse por el carácter de Frida, así que recurrí al ingenio y gracias a este, y sobre todo a la confianza y paciencia de Ingrid, conseguimos introducir a Coco.
Ahora Frida confía cada vez más en Ingrid y tiene un compañero que se ha vuelto indispensable para su vida.
UNA HISTORIA AGRIDULCE
Otro caso muy especial y agridulce para mí, es el de Mishu, un gato que vivió casi una década en una terraza. Su familia nunca le permitió el acceso al interior de la vivienda.
Un día esta familia decidió mudarse y Mishu suponía un problema para ellos. Dolors, una vecina, se ofreció a adoptarlo.
Dolors me contactó cuando hacía poco que había adoptado a Mishu y me encontré con un animal aterrorizado que no sabía lo que era la vida más allá de su antigua terraza.
Ayudé a Dolors a ofrecerle la mejor vida posible a Mishu y en pocos meses, este, empezó a disfrutar de un enriquecimiento ambiental adaptado a él y a sus necesidades, también aprendió a confiar y a disfrutar de su humana, convirtiéndose en un gato cariñosísimo, agradecido y disfrutón.
Aunque solo vivió tres años más, durante ese tiempo tuvo una vida plena y feliz.
Mishu
Tony
LA IMPORTANCIA DE ENTENDERNOS
Otro caso es el de Tony, un gato que defecaba fuera del arenero.
Su familia lo adoraba y no entendía lo que le pasaba. No fue fácil entender lo que le estaba sucediendo a Tony y lo descubrí gracias a todo el tiempo que dedico preguntando, escuchando e indagando.
Resulta que Tony (un gato de pelo largo) había tenido problemas intestinales y a menudo hacía las cacas sueltas. Al ir al arenero, se manchaba el pelaje y su familia, tras salir del mismo, lo cogía para limpiarlo. Tony asoció el uso del arenero con el hecho de que le limpiaran sus partes, algo que detestaba y por ese motivo empezó a no usar el arenero.
Tuve que hacer un trabajo de asociación positiva con el arenero, pero también con su familia, trabajamos para que recobrara de nuevo la confianza en ellos. Tony no volvió a hacer nunca más las cacas fuera.
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