¿Por qué mi gato no juega?

¿por qué mi gato no juega?

Hace pocos días pasaron los Reyes Magos y quizás tu gato ya se ha cansado de sus juguetes, ¿ es así?

Vamos a hablar de los motivos por los cuales los gatos no juegan:

Miedo o desconfianza

Suele ocurrir con gatos con los que todavía no hemos establecido una mínima confianza.

Edad

Los gatos mayores suelen tender a vivir con dolor crónico. Así pues, si tu gato es mayor y no juega, lo primero que te recomiendo es que le lleves al veterinario para que le haga una revisión completa.

Sobrepeso

Si tu gato tiene sobrepeso, llévale al veterinario para que le paute una dieta específica para la pérdida de peso y aplica las siguientes pautas de juego. Es importante que pierda peso para su mayor Bienestar y para prevenir muchas de las enfermedades que están asociadas con el sobrepeso.

Se encuentra mal

Si tu gato suele ser activo y de golpe deja de serlo, consulta igualmente con un veterinario. El cese de la actividad y del juego suelen indicar que nuestro felino se encuentra mal.

Se frustra o se aburre porque no juegas como él quiere

El primer error que cometemos es dejar a su alcance los juguetes. Deja solo a su alcance unos pocos y el resto sácalos a la hora del juego y una vez terminada, vuelve a guardarlos. Si tu gato tiene siempre a su disposición los juguetes, perderá rápidamente el interés por ellos. ¡Este punto es el más importante de todos!

Los que tenga siempre a su disposición sustitúyelos cada pocos días por otros y ve rotándolos para que no tenga siempre los mismos.

Introduce diferentes tipos de juguetes: la clásica caña, otros juguetes de caza, juguetes interactivos, automáticos, juguetes con Catnip o valeriana, juguetes para esconder comida, etc.

Un punto muy importante a tener en cuenta es que nosotros NO sabemos jugar. Eso les genera a nuestro compañero bastante frustración y acaba o abandonando el juego demasiado rápido. Saber mover correctamente una caña es un arte. Debemos mover el plumero por el suelo muy lentamente y dejarlo quieto en algunas ocasiones. El éxito asegurado es cuando conseguimos imitar con el plumero el movimiento que haría un ratón o cualquier otra presa.

No le acerques mucho el plumero, no lo muevas demasiado rápido, ni se lo pongas encima (esto último podría asustar a  los más miedosos o a los que aún no nos tienen total confianza). Piensa que en la naturaleza, un ratón no se les tiraría encima, así pues, intenta imitar lo mejor posible al ratón.

De vez en cuando deja que cace el plumero y que lo mordisqueé un rato, también puedes darle ocasionalmente un premio cuando lo cace, así consigues simular lo que ocurriria en la naturaleza.

¿Sabías todo ésto? Cuéntame que tal te fué después de seguir estos consejos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *